Siempre os he dicho que soy muy dada a las señales, no sé si alguien me las pone en mi camino, si soy yo que veo fantasmas donde no los hay, o que mi vida está llena de casualidades.
Hoy he ajado a tirar la basura y encima del contenedor había un libro que alguien había abandonado o tirado. "La pasión turca" de Antonio Gala, recuerdo haber visto la película, pero no he leído el libro. Lo agarro, lo ojeo y veo que tiene un marca páginas señalando un sitio concreto, me fijo bien y hay subrayado un fragmento, (que es el que os dejo a continuación) lo leo y una sonrisa se dibuja en mi cara, no hay duda, alguien está escribiendo el guión de mi vida....
Hoy he ajado a tirar la basura y encima del contenedor había un libro que alguien había abandonado o tirado. "La pasión turca" de Antonio Gala, recuerdo haber visto la película, pero no he leído el libro. Lo agarro, lo ojeo y veo que tiene un marca páginas señalando un sitio concreto, me fijo bien y hay subrayado un fragmento, (que es el que os dejo a continuación) lo leo y una sonrisa se dibuja en mi cara, no hay duda, alguien está escribiendo el guión de mi vida....
"La gente aspira a encontrar su otra mitad en su ciudad, en su barrio, y hasta en su calle. Y no es así: cerca nos tropezamos con los humildes premios de consolación. Las medias naranjas verdaderas están lejos casi siempre y son costosas. Lo que hemos de pedir, además de encontrarlas, es que el hallazgo no se produzca demasiado tarde."
Antonio Gala (La Pasión turca)
La búsqueda de la media naranja se suele producir sin saber lo que se está buscando, y nuestro entorno más próximo es siempre lo más socorrido, lo más utilizado, pero no debemos cerrarnos puertas, porque la dicha y la felicidad nunca sabemos ni donde ni cuando las vamos a encontrar, incluso he llegado a pensar que hay algo que nos guía hasta ello para poder alcanzarlo. A veces el camino es duro, pero cuando se llega a esa meta ansiada, todas las penurias y sufrimientos vividos ya no importan, porque la dicha es inconmensurable.
Salvo que se esté muerto... nunca es tarde para celebrar el hallazgo. Nunca hay que perder la esperanza, porque muchas veces, hasta los sueños pueden hacerse realidad.